martes, 15 de junio de 2010

fragmento

Atraviesa mi mundo árido, recorre mi río de almas perdidas disgregándose en ácidos de tiempos ilusorios, baja por mis círculos sombríos, encuentra el pantano de ébano y conviértete en su estrella. Luego sube, recorre los anillos de gloria y, más alto que la cima, colócate como una luna imantada para recibir el canto de amor de todas las entidades que me pueblan. Ahora yo soy el espejo perfecto de tus sentimientos infinitos, ¡Ven, únete a mí!

A. J.

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