sábado, 6 de febrero de 2010

crónicas

Tarde, noche, madrugada y amanecer.
Entre 3:00 y 4:00 am, tengo recuerdos vagos de mi sueño, nunca he montado a caballo pero tú me acompañabas.
¿Te levantaste a comer algo?, no tardes que tengo frío.
¡Pinche pato! ¿Cuándo dejara de graznar?, ojala lo hiciera más fuerte que tu cama rechina demasiado y el suelo es incomodo.
Té chai para reanimarte y uno de manzanilla para mi ojo izquierdo; todo está bien, lo deseaba de hace mucho tiempo, esto, aquello y lo que aún no llega.
Me retiro que ya apesto.
Gracias por la tarde, noche, madrugada y amanecer.

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